octubre 30, 2011

Una presa en un bus (poesía hepática)

Adentro o afuera, no existen. No son
Estoy yo, en esta calma caótica en la que
a fuerza de cautiverio me hinché de libertad.


A cambio de mis pies inmóviles
me tejí dos alas.
Ahora no soy más que esta corteza frágil y efímera
que me resguarda.
Ahora veo sin mirar.
Ahora oigo sin escuchar, mientras ellos me cuentan
sus miedos, sus penas, sus vergüenzas.


Ahora me río de esta suma de soledades.
Vamos todos al mismo sitio y a mil sitios a la vez.
Vamos expiando el pecado
de estar en el peor momento y el peor lugar.
Peregrinamos hacia los dioses que llevamos dentro
rogando a la virgen del tiempo
que interceda por nosotros.


Dulce madre del tiempo
ruega por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario